domingo, 12 de octubre de 2008

Maderas

La rugosa piel y la ya seca entraña otrora llena de vital savia nos recuerda y resume en sus arrugas y cicatrices todo el bagaje biográfico de su dueño. En el corte de cada tronco está su historia, como está la nuestra en las señales con que nos marca la vida.Señales que a veces recogemos en palabras y quedan expuestas al sol como estos troncos tras la tala.


1 comentarios:

Ginebra dijo...

preciosas fotografías de "vidas cortadas". Ya me gustaría pasearme contigo cámara en mano y aprender de tí. Un beso y enhorabuena!!!!

Publicar un comentario